Siempre me quedaré fascinado por la capacidad de las networks para mantener el listón de la "luz verde" en niveles bastante bajos cuando se trata de comedia. El caso es que, sin ser un horror, el título de la nueva sitcom de CBS 'Kevin can wait' bien podría haber sido profético y hacer que su creador, Kevin James se quede esperando haciendo algo mejor.
Una vez hecha la (im)pertinente broma con el título, veamos qué nos encontramos con la nueva sitcom de CBS: Kevin (Kevin James) es un policía retirado que intentará aprovechar para estar más tiempo tanto con su familia como con sus amigos ex-policías. Como podéis imaginar las cosas no saldrán como él imagina y pronto verá que la vida en familia no es tan sencilla (sopresas que hay).
Durante el primer episodio de 'Kevin can wait' se nos da una buena ración de lo que son los protagonistas de esta comedia familiar, enfrentando a Kevin a una situación tan nueva para él como cliché en el género "familiar": el conocer por primera vez a Chale (Ryan Cartwright) al novio/prometido de su hija (Taylor Spreitler). Así, la relación con su nuevo yerno será el punto de partida de esta sitcom.
Al más puro estilo CBS, 'Kevin can wait' es una comedia multicámara rodada con público y, por tanto, con las dichosas risas enlatadas a cada frase (aunque no corresponda con el golpe del gag). Como ejemplo está una de las primeras líneas de diálogo es entre Kevin y su hijo, que dice que debería ir al colegio (RISAS) porque se hizo daño jugando a fútbol (RISAS) y su padre le recuerda que a lo que jugaba era al Madden (RISAS). Este gag es el ejemplo perfecto de cómo hoy en día se sigue abusando de esta técnica televisiva.
Un reparto no demasiado estridente, interpretación correcta y personajes amigables hacen de 'Kevin can wait' una sitcom facilona e inofensiva. Una comedia familiar sencilla, simple y de un estilo que, por decirlo de alguna manera, siempre encontrará sitio en la televisión porque sale barata, se escribe en modo semi-automático y requiere poco mantenimiento. Lo de la gracia ya es otra historia.
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